El momento ha llegado, los dos sienten ese fuego que arde en sus corazones y en su alma, sus cuerpos vibran de pasión y locura, sus poros emanan la fragancia exquisita que logra un acercamiento más profundo. Sus labios se conectan en un delicioso beso y sus pieles se funden en un solo ser, en un solo AMOR.
A diferencia de las relaciones sociales, en las relaciones sexuales entramos en contacto con una parte de nuestra personalidad que permanece oculta para nosotros (y para los demás) la mayor parte nuestras vidas. No tenemos como en el día a día un lenguaje, una rutina, una personalidad definida y estable. En el lecho se asoma a nosotros mismos una nueva personalidad no moldeada por nuestra conciencia, no ejercitada por ninguna rutina, no tan sumisa tampoco como la otra. Ahora bien es con este nuevo perfil con el que entraremos a la cama con otra persona y lo mismo le sucederá a esta y, cuando esas dos personalidades nuevas choquen un sin fin de desatinos podrán ocurrir ¿Cómo entendernos con la otra persona si apenas sabemos lo que queremos nosotros mismos? La manera más sencilla es fluir a través del erotismo y prestar atención al lenguaje corporal.
La relación sexual no debe ser un frenesí a ciegas de lujuria personal sino una monólogo de dos cuerpos. Como los contactos en la cama son más esporádicos que los sociales es mas difícil llevar una percepción acabada y nítida de los acontecimientos, sin embargo el lenguaje corporal es una buena forma de orientaros a través del placer sin violentarnos, ni violentar a la otra parte. Porque decimos esto, pues porque los primeros encuentros en la cama de las parejas, suelen ser un manojo de nervios, de inseguridades, y una docena de actos ejecutados fuera de tiempo que, en vez foguear las sabanas, las enfrían.
Lenguaje corporal
El mayor indicador o brújula que poseemos para avanzar por un camino de placer en las relaciones sexuales es el lenguaje corporal . Podría definirse como la mímica que hace un hombre o una mujer al momento de experimentar goce o placer . En ambos caso está caracterizada por un aumento de color en las mejillas, tensión muscular y gemidos. El rubor en las mejillas y la tensión muscular son síntomas más físicos que mentales, podríamos decir que prácticamente actúan con independencia de nuestra voluntad.
Por otra parte los gemidos, en la mayoría de los casos, son actos volitivos y deliberados y es a estos a los que debemos prestar mayor atención. Cuando una mujer o un hombre deja escapar pequeños sonidos guturales, gemidos, sollozos, palabras murmuradas, se decodifican como signos de aceptación. La mujer u hombre esta dando a entender que justo ese lugar, que justo ese movimiento, es el que desea. Uno le hace saber al otro mediante gemidos que la dirección que esta tomando la relación sexual es correcta. Ahora bien, con esto no queremos decir que los silencios actúen como negadores de goce, y displacer. Puede suceder que una pareja atraviese toda la relación sexual sin emitir un sonido y la pase también genial. Todo tiene que estar encuadrado dentro del acto mismo. No hay una receta infalible sino solo aproximaciones y estadísticas. Solo hay que tratar de estar relajado para percibir es lenguaje y tratar de decodificarlo para poder mejorar las relaciones sexuales.
Lo chevere es estar con la persona que uno ama y tener mucha precaución.
jueves, 5 de febrero de 2009
ZONAS ERÓGENAS DE LA MUJER
Ahora les presentó las zonas que más excitan a la mujer. ¡¡¡¡MIRENLAS!!!!
A diferencia del hombre toda la piel de la mujer es una zona erógena que responde a roces, caricias y besos. Sin embargo, existen ciertas áreas donde la estimulación causa una excitación más intensa. Estas zonas erógenas varían en cada mujer; el hombre debe descubrir cuales son. A través de los masajes eróticos esta búsqueda resulta más sencilla.
Para la mayoría de ellas, la boca es una de sus zonas más erógenas y puede ser estimulada con rapidez con las yemas de los dedos y besos. La estimulación de la boca de una mujer puede encender todo su cuerpo y producir un efecto directo en la excitación de sus órganos genitales.
Los lóbulos de las orejas son en extremo sensibles a la excitación y pueden ser acariciados con suavidad, pero algunas mujeres reaccionan con tanta pasión al toque de sus lóbulos que pueden llegar a tener un orgasmo a causa de una simple caricia.
El cuello, en particular la parte posterior, es un área también muy sensible. La aceptación de besos prolongados en el cuello significa que la mujer esta dispuesta a aceptar besos por todo el cuerpo.
La mayoría de las mujeres saborean las caricias realizadas con las yemas de los dedos, labios o pene a lo largo de las piernas y en particular, en el interior de los muslos. La zona alrededor del ombligo es también muy sensible.
Generalmente los pechos son erógenos en alto grado y desempeñan un papel vital en la excitación sexual. La succión, mordisqueo, lamido, golpe y presión de ellos originará una excitación en la mujer, aunque debemos recordarte que todas estas técnicas deben hacerse con suavidad. Sin embargo, hay una gran diferencia en la reacción de diferentes mujeres al mismo estímulo, así que es importante descubrir lo que a cada una le gusta o molesta.
El área más erógena de cuerpo de la mujer es el perineo, un área de piel situada entre la vagina y el ano. Si el hombre apoya toda su mano sobre esta área, con los labios exteriores de la vagina cerrados, y la presiona con vigor o la masajea, puede excitar con rapidez a una mujer debido a la densa red de terminaciones nerviosas que existen en esa zona.
Tanto los labios exteriores como los labios interiores del área perineal son ricos en terminaciones nerviosas y constituyen una gran zona erógena en todas las mujeres. Sin embargo, los labios interiores son mucho más sensibles, en especial a lo largo de la superficie interior, en la hendidura de la vulva. La mujer experimentará una gran excitación si presionas ambos labios y masajeas con firmeza las partes sensibles de la vulva.
El clítoris es la parte más sensible de la mujer y la más fácil de estimular si el hombre aprende a hacerlo con suavidad, destreza y sin precipitación. Si utilizas los dedos deben estar bien lubricados, para minimizar la irritación.
La estimulación del clítoris con el extremo del pene erecto es una sensación placentera para muchas mujeres, ya que la presión indirecta es más agradable y estimulante.
La entrada de la vagina es rica en terminaciones nerviosas y reacciona con intensidad a toda clase de caricias. Las caricias con los labios y la lengua de un hombre allí, puede llevar al éxtasis a algunas mujeres.
El trasero es otra zona erógena con muchas terminaciones nerviosas que pueden ser estimulado con facilidad por medio de palmadas o fricciones.
A diferencia del hombre toda la piel de la mujer es una zona erógena que responde a roces, caricias y besos. Sin embargo, existen ciertas áreas donde la estimulación causa una excitación más intensa. Estas zonas erógenas varían en cada mujer; el hombre debe descubrir cuales son. A través de los masajes eróticos esta búsqueda resulta más sencilla.
Para la mayoría de ellas, la boca es una de sus zonas más erógenas y puede ser estimulada con rapidez con las yemas de los dedos y besos. La estimulación de la boca de una mujer puede encender todo su cuerpo y producir un efecto directo en la excitación de sus órganos genitales.
Los lóbulos de las orejas son en extremo sensibles a la excitación y pueden ser acariciados con suavidad, pero algunas mujeres reaccionan con tanta pasión al toque de sus lóbulos que pueden llegar a tener un orgasmo a causa de una simple caricia.
El cuello, en particular la parte posterior, es un área también muy sensible. La aceptación de besos prolongados en el cuello significa que la mujer esta dispuesta a aceptar besos por todo el cuerpo.
La mayoría de las mujeres saborean las caricias realizadas con las yemas de los dedos, labios o pene a lo largo de las piernas y en particular, en el interior de los muslos. La zona alrededor del ombligo es también muy sensible.
Generalmente los pechos son erógenos en alto grado y desempeñan un papel vital en la excitación sexual. La succión, mordisqueo, lamido, golpe y presión de ellos originará una excitación en la mujer, aunque debemos recordarte que todas estas técnicas deben hacerse con suavidad. Sin embargo, hay una gran diferencia en la reacción de diferentes mujeres al mismo estímulo, así que es importante descubrir lo que a cada una le gusta o molesta.
El área más erógena de cuerpo de la mujer es el perineo, un área de piel situada entre la vagina y el ano. Si el hombre apoya toda su mano sobre esta área, con los labios exteriores de la vagina cerrados, y la presiona con vigor o la masajea, puede excitar con rapidez a una mujer debido a la densa red de terminaciones nerviosas que existen en esa zona.
Tanto los labios exteriores como los labios interiores del área perineal son ricos en terminaciones nerviosas y constituyen una gran zona erógena en todas las mujeres. Sin embargo, los labios interiores son mucho más sensibles, en especial a lo largo de la superficie interior, en la hendidura de la vulva. La mujer experimentará una gran excitación si presionas ambos labios y masajeas con firmeza las partes sensibles de la vulva.
El clítoris es la parte más sensible de la mujer y la más fácil de estimular si el hombre aprende a hacerlo con suavidad, destreza y sin precipitación. Si utilizas los dedos deben estar bien lubricados, para minimizar la irritación.
La estimulación del clítoris con el extremo del pene erecto es una sensación placentera para muchas mujeres, ya que la presión indirecta es más agradable y estimulante.
La entrada de la vagina es rica en terminaciones nerviosas y reacciona con intensidad a toda clase de caricias. Las caricias con los labios y la lengua de un hombre allí, puede llevar al éxtasis a algunas mujeres.
El trasero es otra zona erógena con muchas terminaciones nerviosas que pueden ser estimulado con facilidad por medio de palmadas o fricciones.
martes, 3 de febrero de 2009
PELÍCULAS DE AMOR
el amor se lo ha expresado de diferentes formas: en el cine, en los libros, en las novelas, unas se salen de la realidad mientras otros son basados en hechos cotidianos pero a pesar de todo nos entretienen muchisimo
Desde sus inicios, el cine se ha alimentado de historias de amor. Por la gran pantalla estadounidense (Hollybut) han pasado desde romances imposibles a seducciones peligrosas o, cómo no, finales felices. Aquí tienes las mejores.
EDUARDO MANOSTIJERAS (1990)
TIM BURTON
Una fabulosa mezcla entre un cuento de hadas, una película fantástica y un amor imposible que se empeña en romper las barreras establecidas. Johnny Depp y Winona Ryder son la pareja protagonista de este estupendo cuento de Tim Burton en el que un joven con tijeras en lugar de manos recluido en un castillo se enamora de una joven que vive en el barrio residencial. Una fábula amorosa preciosa.
TITANIC (1997)
JAMES CAMERON
La historia de amor más recordada de la década de los noventa. Una revisión del mito de la dama y el vagabundo en un escenario sin excepción: el fatídico viaje inaugural del Titanic. Allí viajan Jack (Leonardo DiCaprio), un joven artista, y Rose (Kate Winslet), una bella chica de clase alta. El amor surge entre ellos, pero cuando el barco choca, tendrán que luchar por su propia supervivencia además de por la de su amor.
EL GUARDAESPALDAS (1992)
MICK JACKSON
Whitney Houston interpreta a una gran estrella de la música y el cine amenazada por uno de sus enloquecidos fans. Pero, a pesar de todo, la diva quiere continuar con su vida normal. En su devenir cotidiano se cruza un atractivo guardaespaldas, Kevin Costner, quien, además de velar por su seguridad, acabará enamorándose de su protegida. Una historia de amor entre flashes y cámaras que perdurará en nuestra memoria.
GHOST (1990)
JERRY ZUCKER
Una bellísima y ya clásica historia de amor en la que el sentimiento va más allá de la frontera entre la vida y la muerte. Demi Moore y Patrick Swayze dan vida a una pareja de enamorados a los que la vida les da una desagradable sorpresa: él muere en fatales circunstancias. Pero el chico sigue en este mundo como un fantasma que utiliza a una medium (Whoopi Goldberg) para llegar a su amada y despedirse de ella.
OFICIAL Y CABALLERO (1982)
TAYLOR HACKFORD
Zack Mayo (Richard Gere) es un joven asignado a la Escuela Naval Militar de los Estados Unidos. Allí encontrará que su actitud es incompatible con el lugar, algo que intentará corregir el implacable sargento Foley. Durante el proceso conocerá a una joven lugareña, Paula, de la que se enamorará, y que supondrá un punto de inflexión en su vida. Cómo olvidar la escena en que él se la lleva a ella con Up where we belong de fondo...
PRETTY WOMAN (1990)
GARRY MARSHALL
El mito de Cenicienta revisado en este clásico de los noventa. Vivian (Julia Roberts) es una prostituta que un buen día se cruza con un millonario (Richard Gere) en pleno Sunset Boulevard. La secuencia de las compras por Rodeo Drive es ya mítica con el Pretty woman de Roy Orbison de fondo; y las escenas de amor entre los dos protagonistas más todavía. El amor, amig@s, no conoce condición...
CASABLANCA (1942)
MICHAEL CURTIZ
Casablanca, Segunda Guerra Mundial. El principal objetivo de los invasores es el líder checo y héroe de la resistencia Victor Laszlo, cuya única esperanza es Rick Blaine (Hum,phrey Bogart), el propietario del Rick’s Café, un hombre que no arriesga su vida por nadie... excepto por Ilsa (Ingrid Bergman). Ambos encarnan a unos antiguos amantes que vuelven a unirse brevemente en el caos de la guerra.
MOULIN ROUGE! (2001)
BAZ LUHRMANN
Christian (Ewan McGregor) es un joven escritor, idealista, que se traslada a una buhardilla de Montmartre para escribir la obra bohemia definitiva. Pero el Moulin Rouge se cruzó en su camino, y con él su mayor estrella, la bella e inalcanzable Satin (Nicole Kidman). Christian se enamorará de ella, pero la bella cabaretera no puede mantener una relación con él. Y, para rematar la historia, Satin está mortalmente enferma. Puro romance.
WEST SIDE STORY (1961)
JEROME ROBBINS Y ROBERT WISE
Los Montesco y Capuleto no son familias sino bandas callejeras, no viven en Verona sino en Manhattan, y sus rivalidades las dilucidan bailando al ritmo de Leonard Bernstein. Un musical de inmenso éxito que adaptó de Broadway la historia de Romeo y Julieta, con unos espléndidos números de baile, para conseguir la gloria con 10 Oscars. Lo cierto es que pertenece ya a la historia de los grandes musicales del cine.
AMÉLIE (2001)
JEAN-PIERRE JEUNET
El fabuloso destino de Amélie Poulain (Audrey Tautou) cambia el día en que ella ve por televisión la noticia del fallecimiento de Lady Di. Ese día, decide que se dedicará a hacer el bien. Pero durante el transcurso de su obra benefactora, Amélie conoce a Nino (Mathieu Kassovitz), del que se enamora perdidamente. Una película deliciosa de la que sales en paz con el mundo. ¡Y enamoradísim@, por supuesto!
Desde sus inicios, el cine se ha alimentado de historias de amor. Por la gran pantalla estadounidense (Hollybut) han pasado desde romances imposibles a seducciones peligrosas o, cómo no, finales felices. Aquí tienes las mejores.
EDUARDO MANOSTIJERAS (1990)
TIM BURTON
Una fabulosa mezcla entre un cuento de hadas, una película fantástica y un amor imposible que se empeña en romper las barreras establecidas. Johnny Depp y Winona Ryder son la pareja protagonista de este estupendo cuento de Tim Burton en el que un joven con tijeras en lugar de manos recluido en un castillo se enamora de una joven que vive en el barrio residencial. Una fábula amorosa preciosa.
TITANIC (1997)
JAMES CAMERON
La historia de amor más recordada de la década de los noventa. Una revisión del mito de la dama y el vagabundo en un escenario sin excepción: el fatídico viaje inaugural del Titanic. Allí viajan Jack (Leonardo DiCaprio), un joven artista, y Rose (Kate Winslet), una bella chica de clase alta. El amor surge entre ellos, pero cuando el barco choca, tendrán que luchar por su propia supervivencia además de por la de su amor.
EL GUARDAESPALDAS (1992)
MICK JACKSON
Whitney Houston interpreta a una gran estrella de la música y el cine amenazada por uno de sus enloquecidos fans. Pero, a pesar de todo, la diva quiere continuar con su vida normal. En su devenir cotidiano se cruza un atractivo guardaespaldas, Kevin Costner, quien, además de velar por su seguridad, acabará enamorándose de su protegida. Una historia de amor entre flashes y cámaras que perdurará en nuestra memoria.
GHOST (1990)
JERRY ZUCKER
Una bellísima y ya clásica historia de amor en la que el sentimiento va más allá de la frontera entre la vida y la muerte. Demi Moore y Patrick Swayze dan vida a una pareja de enamorados a los que la vida les da una desagradable sorpresa: él muere en fatales circunstancias. Pero el chico sigue en este mundo como un fantasma que utiliza a una medium (Whoopi Goldberg) para llegar a su amada y despedirse de ella.
OFICIAL Y CABALLERO (1982)
TAYLOR HACKFORD
Zack Mayo (Richard Gere) es un joven asignado a la Escuela Naval Militar de los Estados Unidos. Allí encontrará que su actitud es incompatible con el lugar, algo que intentará corregir el implacable sargento Foley. Durante el proceso conocerá a una joven lugareña, Paula, de la que se enamorará, y que supondrá un punto de inflexión en su vida. Cómo olvidar la escena en que él se la lleva a ella con Up where we belong de fondo...
PRETTY WOMAN (1990)
GARRY MARSHALL
El mito de Cenicienta revisado en este clásico de los noventa. Vivian (Julia Roberts) es una prostituta que un buen día se cruza con un millonario (Richard Gere) en pleno Sunset Boulevard. La secuencia de las compras por Rodeo Drive es ya mítica con el Pretty woman de Roy Orbison de fondo; y las escenas de amor entre los dos protagonistas más todavía. El amor, amig@s, no conoce condición...
CASABLANCA (1942)
MICHAEL CURTIZ
Casablanca, Segunda Guerra Mundial. El principal objetivo de los invasores es el líder checo y héroe de la resistencia Victor Laszlo, cuya única esperanza es Rick Blaine (Hum,phrey Bogart), el propietario del Rick’s Café, un hombre que no arriesga su vida por nadie... excepto por Ilsa (Ingrid Bergman). Ambos encarnan a unos antiguos amantes que vuelven a unirse brevemente en el caos de la guerra.
MOULIN ROUGE! (2001)
BAZ LUHRMANN
Christian (Ewan McGregor) es un joven escritor, idealista, que se traslada a una buhardilla de Montmartre para escribir la obra bohemia definitiva. Pero el Moulin Rouge se cruzó en su camino, y con él su mayor estrella, la bella e inalcanzable Satin (Nicole Kidman). Christian se enamorará de ella, pero la bella cabaretera no puede mantener una relación con él. Y, para rematar la historia, Satin está mortalmente enferma. Puro romance.
WEST SIDE STORY (1961)
JEROME ROBBINS Y ROBERT WISE
Los Montesco y Capuleto no son familias sino bandas callejeras, no viven en Verona sino en Manhattan, y sus rivalidades las dilucidan bailando al ritmo de Leonard Bernstein. Un musical de inmenso éxito que adaptó de Broadway la historia de Romeo y Julieta, con unos espléndidos números de baile, para conseguir la gloria con 10 Oscars. Lo cierto es que pertenece ya a la historia de los grandes musicales del cine.
AMÉLIE (2001)
JEAN-PIERRE JEUNET
El fabuloso destino de Amélie Poulain (Audrey Tautou) cambia el día en que ella ve por televisión la noticia del fallecimiento de Lady Di. Ese día, decide que se dedicará a hacer el bien. Pero durante el transcurso de su obra benefactora, Amélie conoce a Nino (Mathieu Kassovitz), del que se enamora perdidamente. Una película deliciosa de la que sales en paz con el mundo. ¡Y enamoradísim@, por supuesto!
domingo, 1 de febrero de 2009
ZONAS ERÓGENAS DEL HOMBRE
Mis queridas amigas quieren saber cuales son los puntos débiles de sus hombre. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡MIREN ESTO!!!!!!!!!!!
El cuello, la oreja, el pecho, la parte baja de la espalda y, por supuesto, los genitales. El cuerpo del hombre está lleno de zonas erógenas. Ahora sólo tienes que descubrirlas y aprender qué puedes hacer con, sobre y en cada una de ellas.
No hace falta ser un genio para saber cuál es el lugar de su cuerpo que tu chico espera que colmes de atenciones y mimos varios. Pero por fortuna en la anatomía masculina hay otros tantos puntos lujuriosos que, debidamente estimulados, llevarán a tu hombre a cotas de placer superiores a las que está acostumbrado. Según Ian Kerner, autor de Ellas llegan primero (Punto de lectura): "Estimular estos puntos le resultará superplacentero y creará cierta tensión sexual que incrementará el flujo sanguíneo en dirección a los genitales. Esta excitación intensificará sus contracciones pélvicas y potenciará el orgasmo". El hecho de que sean sitios inesperados en donde es muy probable que nunca antes le hayan tocado añade una dosis de picante y se convierte en una de las zonás erógenas masculina. He aquí el mapa de sus puntos escondidos más potentes y la guía para activarlos al máximo.
Su punto G
La próstata del hombre (esa glándula del tamaño de una avellana que se localiza bajo su vejiga) es el botón mágico para volverlo loco de placer. Para estimularlo, mientras le das sexo oral o durante la penetración, coloca dos dedos sobre la piel que está entre sus testículos y el ano. Tal y como explica Kerner: "Su próstata está situada en ese punto, aunque en el interior del cuerpo. Al presionar justo ahí lo que haces es rozarla de forma indirecta". Cuando sientas que tu chico está a un paso del orgasmo, presiona el área rítmicamente una vez por segundo hasta que llegue al clímax. Y si quieres, y él se atreve con una técnica más potente, estimúlale analmente. Cuando estéis en la postura kamasutra del misionero o en la de la cuchara (de lado), acaríciale alrededor de su "puerta trasera". Si no se queja ni pierde intensidad en la erección, es que tus movimientos le gustan.
¿Quieres dar un paso más? Pregúntale si puedes penetrarle. A unos tres centímetros de profundidad y hacia la parte delantera de su cuerpo sentirás una protuberancia redonda, ésa es la próstata. Puedes tocarla ligeramente o acariciarla con la punta del dedo, con movimientos rápidos y firmes o más lentos. No olvides tener las uñas cortas, usar mucho lubricante y estar pendiente de su reacción.
Su punto C
La oreja también tiene su punto G y, concretamente, el borde exterior de la misma, es otra zona superexcitante. "Esta firme prominencia cartilaginosa en forma de C alberga una gran cantidad de nervios", explica Barbara Keesling, autora de "Cómo volver loca a la mujer en la cama" (Robinbooks). Bésale en el cuello lentamente y ve desplazando tus labios hacia la parte trasera de la oreja. Apoya los labios en la zona alta del pabellón auditivo y recorre el borde de modo que roces la parte trasera y delantera de la oreja al mismo tiempo. Cuando sientas que su nivel de excitación está a tope, habrá llegado el momento de mordisquear y succionar su punto C. ¿Un toque extra? Acaríciale los genitales al mismo tiempo y con el mismo ritmo. Lo volverás loco porque es una de las zonas erógenas masculinas más demandadas por ellos.
Su punto 8
Este rincón es una bomba de placer . Coloca el dedo en la base de su pene, en el punto exacto donde se une a los testículos. "Esta zona está recubierta de un tejido igual de sensible y eréctil que el del pene", señala Kerner. Dibuja con la punta del dedo un anillo alrededor de la base de su miembro (ésa es la parte superior del ocho), entonces dibuja otro alrededor de su escroto justo en donde se adhiere al cuerpo (ésa es la parte inferior).
Durante los juegos sexuales previos dibuja ese ocho imaginario con el dedo o estimula una mitad con la lengua mientras acaricias la otra. Para multiplicar las sensaciones, alterna los movimientos y así no sabrá qué es lo que vas a hacer a continuación. Haz círculos con la lengua alrededor de los testículos, esta es otra manera de excitar esas zonas erógenas masculinas y, al mismo tiempo, presiona suavemente la base del pene. Este pinzamiento retiene la sangre en la zona y prolonga la excitación un poco más. Otras ideas sexys: sujeta una taza de agua caliente durante unos segundos y después coloca tus manos tibias sobre la zona. El calor intensificará la sensación de cada movimiento.
El punto W
Dile a tu chico que se tumbe boca arriba, siéntate sobre él y coloca un dedo en uno de los laterales del pecho. Recorre el borde de su pectoral hacia abajo, desplaza el dedo hacia el centro y después hacia arriba para hacer el mismo movimiento pero a la inversa en el otro lado. Esta postura kamasutra es como si dibujaras una uve doble. Empieza con una caricia firme (ponte un poco de lubricante en la yema del dedo para que el roce de la piel sea más placentero) y luego repite el movimiento de forma más suave, con la mano o con la lengua. Cuanto más despacio le toques más excitarás todos los nervios que están bajo la piel. Alterna las caricias hacia delante y hacia atrás a lo largo de todo el punto W y no te olvides de prestar especial atención a sus pezones. Aumenta la presión y tócalos cada vez un poco más fuerte para que se concentre más sangre en la zona y la sensación de placer se intensifique.
El punto F
En uno de los lados del pene, justo por debajo del glande, hay una línea fina extremadamente sensible: el frenulum o frenillo. Es cierto que muchas mujeres tocan el punto F durante el sexo, pero la mayoría ignora cuál es la mejor técnica para estimularlo igual que se estimula el punto G. Cuando le practiques sexo oral procura que tus dedos estén sobre el frenillo.
Mueve la mano y la boca al mismo tiempo hacia delante y hacia atrás, asegurándote de llegar hasta la punta del pene para rozar el punto F en cada movimiento. Y durante el coito, por ejemplo, colocaos en una postura (como el misionero o estilo perrito) en la que sea él quien haga casi todo el movimiento a la hora de penetrarte. De esta forma él se ocupará de que su frenillo consiga la máxima fricción.
El punto X
Dile a tu chico que se tumbe boca abajo con las piernas juntas. Verás que la hendidura que queda entre sus nalgas (el pliegue en el que cada nalga se encuentra con la parte posterior de sus muslos más los pliegues de la parte interior de sus muslos) forma una X. "Acariciar el punto X es excitante porque te acercas al ano, al perineo y a los testículos sin tocarlos directamente", dice Keesling.
Dale un masaje en la espalda y desliza las manos hasta el trasero. Presiona con cada mano el pliegue de ambas nalgas (donde se unen con los muslos) y, poco a poco, acerca los dedos entre sí.
Cuando se encuentren en la mitad desliza un dedo en dirección a la espalda mientras que con el otro presionas hacia la zona interna de los muslos. Alterna los movimientos para mantener el factor sorpresa y, para poner la guinda, lámele el centro de su punto X o su punto G, justo donde las dos líneas se cruzan.
El punto R
Los testículos son extremadamente sensibles y, de hecho, hay un pequeño punto que, bien estimulado, le lleva al placer total antes que cualquier otro roce. Se trata de esa línea que recorre el centro de su escroto de arriba abajo. Pero también es verdad que es un punto tan sensible que hay hombres que lo encuentran maravilloso y otros que ni locos se dejan tocar. Así que experimenta de qué tipo es tu chico tocándole ahí suavemente mientras le acaricias el pene durante los juegos previos.
Si se pone tenso o deja de jadear está claro que has de parar. Si, en cambio, le gusta, puedes lamerle en la zona donde el escroto se une al cuerpo. Continúa deslizando la lengua hasta llegar a la cabeza del pene y ya verás como en cuestión de segundos tu chico estará directamente en el nirvana.
El punto 0
Según los textos tántricos un ligero masaje en la rabadilla despierta el "kundalini" o energía sexual. En la base de la columna vertebral hay una pequeña protuberancia repleta de terminaciones nerviosas conectadas directamente con los genitales, igualito que el G. Por eso, acariciar esta zona es una buena manera de estimularle.
Dile que se tumbe boca abajo, coloca los pulgares sobre el punto O y muévelos en círculos pequeños. Después, bésale o lámele sobre el dibujo de la columna vertebral mientras continúas dándole ese intenso masaje en la parte baja de la espalda. Presiona de forma constante y ve alternando los movimientos firmes con otros más delicados. Cuando termines, te darás cuenta de que su columna no es la única parte del cuerpo que está dura.
PRUEBALOS
El cuello, la oreja, el pecho, la parte baja de la espalda y, por supuesto, los genitales. El cuerpo del hombre está lleno de zonas erógenas. Ahora sólo tienes que descubrirlas y aprender qué puedes hacer con, sobre y en cada una de ellas.
No hace falta ser un genio para saber cuál es el lugar de su cuerpo que tu chico espera que colmes de atenciones y mimos varios. Pero por fortuna en la anatomía masculina hay otros tantos puntos lujuriosos que, debidamente estimulados, llevarán a tu hombre a cotas de placer superiores a las que está acostumbrado. Según Ian Kerner, autor de Ellas llegan primero (Punto de lectura): "Estimular estos puntos le resultará superplacentero y creará cierta tensión sexual que incrementará el flujo sanguíneo en dirección a los genitales. Esta excitación intensificará sus contracciones pélvicas y potenciará el orgasmo". El hecho de que sean sitios inesperados en donde es muy probable que nunca antes le hayan tocado añade una dosis de picante y se convierte en una de las zonás erógenas masculina. He aquí el mapa de sus puntos escondidos más potentes y la guía para activarlos al máximo.
Su punto G
La próstata del hombre (esa glándula del tamaño de una avellana que se localiza bajo su vejiga) es el botón mágico para volverlo loco de placer. Para estimularlo, mientras le das sexo oral o durante la penetración, coloca dos dedos sobre la piel que está entre sus testículos y el ano. Tal y como explica Kerner: "Su próstata está situada en ese punto, aunque en el interior del cuerpo. Al presionar justo ahí lo que haces es rozarla de forma indirecta". Cuando sientas que tu chico está a un paso del orgasmo, presiona el área rítmicamente una vez por segundo hasta que llegue al clímax. Y si quieres, y él se atreve con una técnica más potente, estimúlale analmente. Cuando estéis en la postura kamasutra del misionero o en la de la cuchara (de lado), acaríciale alrededor de su "puerta trasera". Si no se queja ni pierde intensidad en la erección, es que tus movimientos le gustan.
¿Quieres dar un paso más? Pregúntale si puedes penetrarle. A unos tres centímetros de profundidad y hacia la parte delantera de su cuerpo sentirás una protuberancia redonda, ésa es la próstata. Puedes tocarla ligeramente o acariciarla con la punta del dedo, con movimientos rápidos y firmes o más lentos. No olvides tener las uñas cortas, usar mucho lubricante y estar pendiente de su reacción.
Su punto C
La oreja también tiene su punto G y, concretamente, el borde exterior de la misma, es otra zona superexcitante. "Esta firme prominencia cartilaginosa en forma de C alberga una gran cantidad de nervios", explica Barbara Keesling, autora de "Cómo volver loca a la mujer en la cama" (Robinbooks). Bésale en el cuello lentamente y ve desplazando tus labios hacia la parte trasera de la oreja. Apoya los labios en la zona alta del pabellón auditivo y recorre el borde de modo que roces la parte trasera y delantera de la oreja al mismo tiempo. Cuando sientas que su nivel de excitación está a tope, habrá llegado el momento de mordisquear y succionar su punto C. ¿Un toque extra? Acaríciale los genitales al mismo tiempo y con el mismo ritmo. Lo volverás loco porque es una de las zonas erógenas masculinas más demandadas por ellos.
Su punto 8
Este rincón es una bomba de placer . Coloca el dedo en la base de su pene, en el punto exacto donde se une a los testículos. "Esta zona está recubierta de un tejido igual de sensible y eréctil que el del pene", señala Kerner. Dibuja con la punta del dedo un anillo alrededor de la base de su miembro (ésa es la parte superior del ocho), entonces dibuja otro alrededor de su escroto justo en donde se adhiere al cuerpo (ésa es la parte inferior).
Durante los juegos sexuales previos dibuja ese ocho imaginario con el dedo o estimula una mitad con la lengua mientras acaricias la otra. Para multiplicar las sensaciones, alterna los movimientos y así no sabrá qué es lo que vas a hacer a continuación. Haz círculos con la lengua alrededor de los testículos, esta es otra manera de excitar esas zonas erógenas masculinas y, al mismo tiempo, presiona suavemente la base del pene. Este pinzamiento retiene la sangre en la zona y prolonga la excitación un poco más. Otras ideas sexys: sujeta una taza de agua caliente durante unos segundos y después coloca tus manos tibias sobre la zona. El calor intensificará la sensación de cada movimiento.
El punto W
Dile a tu chico que se tumbe boca arriba, siéntate sobre él y coloca un dedo en uno de los laterales del pecho. Recorre el borde de su pectoral hacia abajo, desplaza el dedo hacia el centro y después hacia arriba para hacer el mismo movimiento pero a la inversa en el otro lado. Esta postura kamasutra es como si dibujaras una uve doble. Empieza con una caricia firme (ponte un poco de lubricante en la yema del dedo para que el roce de la piel sea más placentero) y luego repite el movimiento de forma más suave, con la mano o con la lengua. Cuanto más despacio le toques más excitarás todos los nervios que están bajo la piel. Alterna las caricias hacia delante y hacia atrás a lo largo de todo el punto W y no te olvides de prestar especial atención a sus pezones. Aumenta la presión y tócalos cada vez un poco más fuerte para que se concentre más sangre en la zona y la sensación de placer se intensifique.
El punto F
En uno de los lados del pene, justo por debajo del glande, hay una línea fina extremadamente sensible: el frenulum o frenillo. Es cierto que muchas mujeres tocan el punto F durante el sexo, pero la mayoría ignora cuál es la mejor técnica para estimularlo igual que se estimula el punto G. Cuando le practiques sexo oral procura que tus dedos estén sobre el frenillo.
Mueve la mano y la boca al mismo tiempo hacia delante y hacia atrás, asegurándote de llegar hasta la punta del pene para rozar el punto F en cada movimiento. Y durante el coito, por ejemplo, colocaos en una postura (como el misionero o estilo perrito) en la que sea él quien haga casi todo el movimiento a la hora de penetrarte. De esta forma él se ocupará de que su frenillo consiga la máxima fricción.
El punto X
Dile a tu chico que se tumbe boca abajo con las piernas juntas. Verás que la hendidura que queda entre sus nalgas (el pliegue en el que cada nalga se encuentra con la parte posterior de sus muslos más los pliegues de la parte interior de sus muslos) forma una X. "Acariciar el punto X es excitante porque te acercas al ano, al perineo y a los testículos sin tocarlos directamente", dice Keesling.
Dale un masaje en la espalda y desliza las manos hasta el trasero. Presiona con cada mano el pliegue de ambas nalgas (donde se unen con los muslos) y, poco a poco, acerca los dedos entre sí.
Cuando se encuentren en la mitad desliza un dedo en dirección a la espalda mientras que con el otro presionas hacia la zona interna de los muslos. Alterna los movimientos para mantener el factor sorpresa y, para poner la guinda, lámele el centro de su punto X o su punto G, justo donde las dos líneas se cruzan.
El punto R
Los testículos son extremadamente sensibles y, de hecho, hay un pequeño punto que, bien estimulado, le lleva al placer total antes que cualquier otro roce. Se trata de esa línea que recorre el centro de su escroto de arriba abajo. Pero también es verdad que es un punto tan sensible que hay hombres que lo encuentran maravilloso y otros que ni locos se dejan tocar. Así que experimenta de qué tipo es tu chico tocándole ahí suavemente mientras le acaricias el pene durante los juegos previos.
Si se pone tenso o deja de jadear está claro que has de parar. Si, en cambio, le gusta, puedes lamerle en la zona donde el escroto se une al cuerpo. Continúa deslizando la lengua hasta llegar a la cabeza del pene y ya verás como en cuestión de segundos tu chico estará directamente en el nirvana.
El punto 0
Según los textos tántricos un ligero masaje en la rabadilla despierta el "kundalini" o energía sexual. En la base de la columna vertebral hay una pequeña protuberancia repleta de terminaciones nerviosas conectadas directamente con los genitales, igualito que el G. Por eso, acariciar esta zona es una buena manera de estimularle.
Dile que se tumbe boca abajo, coloca los pulgares sobre el punto O y muévelos en círculos pequeños. Después, bésale o lámele sobre el dibujo de la columna vertebral mientras continúas dándole ese intenso masaje en la parte baja de la espalda. Presiona de forma constante y ve alternando los movimientos firmes con otros más delicados. Cuando termines, te darás cuenta de que su columna no es la única parte del cuerpo que está dura.
PRUEBALOS
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